La danza contemporanea, un problema sin resolver, Integración dancística para bailarines y grupos de danza independiente, Villanueva Eric, Gaceta, México, 1995, p39
CII El fondo en la danza F2
"El arte es la expresión de un entusiasmo supremo, lo mismo si esta expresión es de profunda desolación y pena, que de alboroto y deleite."
Es común que las personas piensen que, el arte como forma de expresión y movimiento social, sea un vehículo de revolución (que en efecto, puede serlo) y de inconformidad. También existe la otra cara de la moneda: los que creen que el arte sólo se dedica a apoyar al mundo en el que vivimos; es decir, que sólo se trata de la alabanza a la vida, el canto a la felicidad, etc. (y en efecto, también puede serlo si el creador así lo quiere). Pero no es el hecho de quejarse por quejarse ni el grito de la felicidad lo que hace al arte, sino el acto reflexivo-creativo-expresivo-reflexivo. Me explico: el artista se encuentra sumergido en una realidad la cual él percibe de una determinada forma a causa de su concepción del mundo. Sin embargo, ésta concepción del mundo es algo natural en él, es decir, no decide cuando la utiliza o cuando no. No la prende y ni la apaga a voluntad como un switch, sino que es algo constante; y es a partir de que él voltea, revisa y reflexiona sobre su entorno, con su concepción específica del mundo, que descubre lo que esta realidad "real" le está expresando. Y es a partir de un deseo humano de querer comunicar lo que la realidad "real" (pongo la palabra entre comillas, porque finalmente, esto es la percepción individual de un fenómeno de la realidad, no la realidad pura, es decir, una deformación de la misma) le ha comunicado (sea esto, maravilloso o purulento). Aquí es donde empieza el proceso creativo, cuando el artista se tiene que preguntar ¿cómo hago, para que con un lenguaje específico (y perdone el lector si soy muy insistente en esto, pero de aquí provienen la mayoría de problemas de las obras que uno ve en la actualidad), en este caso el de la danza, pueda transmitir esto que quiero. Luego, le sigue el proceso de expresión, que no es otra cosa que el acto preciso en la que creador y espectador están en contacto a través de la obra para que uno pueda decir algo y otro pueda escuchar lo que le dicen. Finalmente, el espectador que ha sido tocado por la obra del artista, enriquece, amplia, diversifica, niega o afirma su propia concepción del mundo y el proceso se repite ad infinitum.
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